Al amigo puntual lo que más le
molesta de su amigo impuntual es que, cada vez que quedan, llegue tarde entre
20 y 30 minutos. Sin embargo, al amigo impuntual lo que más le molesta de su
amigo puntual es que no haya sabido aprovechar el tiempo de espera. Mientras
llega tarde, otra vez, echa cuentas y calcula que, en los más de diez años de
amistad conjunta, el amigo puntual podría haberse leído varios libros (siempre
dice que no tiene tiempo para leer), podría haber acabado la carrera (siempre
dice que no tiene tiempo para estudiar), podría haber aprendido a tocar el
clarinete (siempre dice que no tiene tiempo para practicar), podría… Por eso,
cuando llega a la cita y ve que el amigo puntual se golpea, como siempre,
varias veces el reloj de la muñeca para recriminarle su tardanza, le da un puñetazo
en la cara. Por mentiroso.
Autor: Manuel Rebollar Barro©
País: España
Blog:
http://cazadoresdeintervalos.blogspot.com.es/