Fue un momento sin sombras. La luz cenital lo cubría todo, blanca,
deslumbrante. Silencio, silencio lleno. Temblabas. No quedaban alternativas.
La luz se difuminó y el silencio se rompió, roto para siempre por unos gritos
de pasión y una mirada extasiada. Dios, o quien sea, existe.
AUTOR: © JoséPo
3 comentarios:
JAJAJA " o quien sea" ...
Es buenísimo
Y si no es Dios, igualmente sea bienvenido, el final del momento es lo que importa.
Besitos
Y si no es Dios, igualmente sea bienvenido, el final del momento es lo que importa.
Besitos
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